Hicimos las paces, después de casi 3 años. Creí que no querría ni siquiera dirigirme la palabra, él creía exactamente lo mismo de mí.
Me sorprendió, lo bien que lo manejamos, los recuerdos que compartimos y se siente tan bien...
me agradeció el hecho de que hubiera tomado la iniciativa.
Me dijo lo feliz que le hacía saber de mí y saber que no lo aborrezco.
Decidimos borrar lo malo y ser buenos amigos, como antes.
Por fin pude cerrar ese capítulo. Y me siento muy bien.
Dats gud...
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